El cuidado en la alimentación de los más pequeños es una de las preocupaciones más importantes entre los padres, especialmente en los primeros años de desarrollo.
Por este motivo, resulta tan importante seleccionar cuidadosamente el tipo de menú diario durante el curso escolar, especialmente en guarderías. Junto a sus compañeros, los niños descubren nuevos sabores a través de una variada oferta de platos muy nutritivos.
La opción de contratar empresas de catering para guarderías en Madrid garantiza el cumplimiento de los criterios nutricionales básicos. Además, disponer de toda la información sobre el proceso de elaboración que los padres deseen solicitar en cada momento.
Cómo escoger el menú de guardería
A la hora de realizar la selección de menús saludables, puedes escoger entre varias opciones de platos. En la elaboración de cada uno de ellos, es importante tener en cuenta las cantidades utilizadas y el tipo de alimentos básicos que deben figurar en la dieta de cualquier niño:
- Frecuencia de alimentos principales: La distribución proporcional de verduras, carne, pescado, etc., que el niño debe tomar a diario se realiza atendiendo a los criterios de la pirámide alimentaria infantil.
- Edad a la que se dirige el menú: En cada tramo de edad, el niño necesita de porcentaje diario de proteínas, vitaminas, calcio o hidratos que puede variar en su porcentaje. Por ello, es muy recomendable consultar con el asesoramiento de un nutricionista especializado. Así, se cuenta con la experiencia acreditada para confirmar la elección más adecuada de cada plato.
- Variedad en la selección de alimentos: En función de los productos de temporada, es posible preparar platos que sirvan para descubrir a los más pequeños nuevos sabores, directamente relacionados con sus necesidades y la época del año en la que se encuentra.
- Menús infantiles sin alérgenos: La elaboración de menús durante el curso escolar debe cumplir con los protocolos establecidos. Gracias a ellos se tienen en cuenta los posibles alérgenos (celiacos, intolerantes a la lactosa, etc.), así como otros ingredientes perjudiciales para la salud infantil (azúcares o grasas saturadas).